La cara del sol
Es increíble que un lugar tan mágico pudo llamarse en algún momento el Valle de las tristezas. Por allá en la época de la colonización, cuando Gonzalo Jiménez de Quesada estaba en guerra con las comunidades indígenas de la zona, referenciaban el desierto con ese nombre por su “desolación” y tierras áridas, pero con el tiempo su nombre evolucionó a “El desierto de La Tatacoa” por la cantidad de serpientes que habitaban la zona.
Esta zona fue un lugar importante en la historia de Colombia por los combates entre españoles e indígenas. Adivine qué buscaban los españoles? Si… como en la mayoría de las historias de la colonización, buscaban la leyenda del dorado y atacaban constantemente a sus indígenas en búsqueda de sus tesoros, y de información que los llevara al mito.
Visitar la Tatacoa es toda una aventura por sus paisajes y tierras áridas, El desierto tiene dos colores predominantes: El rojo por las formaciones con alto contenido de hierro y el gris por las formaciones con alto contenido de aluminio, y contrario a lo que todos creen, NO ES UN DESIERTO, es un bosque tropical seco.
Si vas a visitarlo, te recomiendo que lleves ropa para cubrirte del sol (tiene temperaturas de hasta 40ºC), camisas de algodón manga larga, un sombrero que cubra bien la cara, bastante agua y mucho, MUCHO bloqueador solar.
Conoce a partir del siguiente Tour, como se vive el desierto de la Tatacoa en 360º
En plan de día es recorrer el desierto con sus formaciones y estructuras. Si tienes suerte, puedes encontrar algún rastro de fósiles en la zona. En el desierto encontrarás todo tipo de planes “guerreros” para parchar y disfrutar de su paisaje. En la zona hay una piscina, espacios de camping y hoteles. El plan es para todo tipo de “bolsillo”. Pero el principal plan para hacer en el sitio es explorar sus formaciones. Es toda una aventura pasearse y sentirse que se está en otro mundo, sobretodo para nosotros los citadinos.
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La cara de la noche
Cuando emprendimos el viaje al desierto teníamos dos principales objetivos. Conocer su paisaje (que es alucinante) y ver en carne propia una de las mejores bóvedas celestes de fácil acceso que puedes encontrar y fotografiar la vía láctea. Ir al desierto y no ver su cielo es un viaje a medias, así que sí vas, entre la agenda tienes que contemplar quedarte un buen tiempo de noche.
El viaje lo planeamos con tiempo, revisamos el clima y sobre todo que fuera luna nueva, ya que es el momento en el cual no hay luna en el cielo y permite ver el mayor número de estrellas posible. El desierto tiene aproximadamente 170º de cobertura de la bóveda celeste, permite apreciar sin ayuda el rastro de la vía láctea. Es tan increíble su vista que existen dos principales atractivos turísticos: El Ovnipuerto, lugar donde los “hippies” y amantes del tema llegan a buscar avistar ovnis y el observatorio astronómico, dotado con lo necesario para observar las estrellas.
En el día hicimos un recorrido para ubicar cuales serían los mejores sitios para explorar, y en la noche amanecimos tomando fotografías del cielo y su vía láctea, las cuales de comparto en este post.
Debo admitir que era la primera vez que veía la vía láctea de forma tan clara y que lograba fotografiarla con tanto detalle. Ver el centro galáctico fue totalmente nuevo para mí y mis acompañantes. Además contemplar el cielo mientras haces fotografías te hace detenerte un poco y darte cuenta de la inmensidad del mundo y de lo tontos que somos al alejarnos de su belleza. Vale la pena simplemente, contemplar el cielo.
Conoce el cielo en el Desierto de la Tatacoa a través del siguiente Tour 360:
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